Ayer, hoy y mañana del Maltrato Infantil en México

Existe la evidencia de que la detección de este problema en México ocurre en los años sesenta y setenta del siglo pasado en el Hospital Infantil de México Federico Gómez y en el Hospital de Pediatría del Centro Médico... [ view full abstract ]

Existe la evidencia de que la detección de este problema en México ocurre en los años sesenta y setenta del siglo pasado en el Hospital Infantil de México Federico Gómez y en el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional, destacando el accionar de los doctores Federico Gómez Santos, Ubaldo Riojas Dávila, Carlos Manzano Sierra, Miguel Foncerrada Moreno, Alfredo Espinosa Morert, Julio Cáceres Díaz entre otros y a finales de los años setentas y principios de los ochenta del Dr. Jaime Marcovich Kuba. Así mismo, casi por la misma época destaca un accionar orientado para tal fin en el DIF Nacional con el programa PREMAN. En general, todas las acciones desarrolladas son de carácter asistencial y de información a la comunidad médica. Reportes aislados de algunos investigadores de la Facultad de Medicina de la UNAM y de algunos Estados de la República como Jalisco, Chihuahua, Tlaxcala, principalmente, se abocan a señalar los aspectos predominantes del problema en su entorno laboral.

Han trascurrido cerca de 30 años que en el Instituto Nacional de Pediatría (INP) se han atendido las consecuencias físicas, sexuales, emocionales, sociales y legales que las diversas formas de la violencia contra niñas, niños y adolescentes generan y que ocasiona específicamente el Maltrato Infantil. En los años 80’s del siglo pasado, se desarrolló este accionar en el Departamento de Medicina Interna del Instituto Nacional de Pediatría al detectar algunos niños cuyas lesiones y otras manifestaciones clínicas no se explicaban por las patologías que aparentemente ameritaron que los menores fueran atendidos en el INP. Posteriormente, en 1997 se creó la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM-INP-UNAM) en donde se desarrollaron, en el transcurso de 16 años, las tres acciones básicas del quehacer médico: asistencia, docencia e investigación sobre este problema. Los resultados en este período fueron espectaculares. Se consolidó un equipo de profesionales el cual se colocó a la vanguardia nacional en el tema, mediante el desarrollo de un accionar interdisciplinario e interinstitucional; ello permitió atender los problemas médicos, quirúrgicos o médico-quirúrgicos de los pacientes víctimas de una agresión intencional. Pero no solamente los menores fueron atendidos, también las familias y frecuentemente el agresor recibieron apoyo social, psicológico y legal.

Esta intervención permitió consolidar en el campo de la asistencia y la docencia diversos aspectos del problema tales como la sensibilización del grupo médico y paramédico del Instituto para que se solidarizaran con nosotros para sospechar y confirmar el diagnóstico de maltrato infantil, en niños que aparentemente cursaban con otro problema de salud, como ya se mencionó.

En este periodo, se amplió el conocimiento de las diversas modalidades clínico-social-legales que afectan a los menores. Se registró esta entidad nosológica como Maltrato Infantil de acuerdo a la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) y por lo tanto, se dejaron de emplear otros términos como síndrome del niño maltratado, síndrome de Kempe, maltrato al menor, etc. También se desarrollaron diversos programas de docencia e investigación algunos de los cuales se han replicado en otros hospitales pediátricos del país.
Dentro de los logros alcanzados en este período destaca la publicación de cuatro libros y mas de 80 artículos los cuales han abordado los aspectos clínicos, sociales, legales y epidemiológicos del problema, acción que aunada a los esfuerzos realizados por otros autores e instituciones nacionales le permiten a los estudiosos o interesados de este tema, conocer los aspectos fundamentales del mismo, con una mayor profundidad y sobre todo, con base a lo que sucede en nuestro país. También se ha insistido en que la labor profesional debe ser Interdisciplinaria, Interinstitucional e internacional; es decir, se debe aprender a trabajar en equipo con diversas disciplinas académicas; con otras instituciones y aprender y aplicar lo que en otros países se ha logrado.
A pesar de lo mucho que se ha trabajado, parece que nuestro accionar ha sido insuficiente para poder contener, atender y prevenir la violencia contra niñas, niños y adolescentes de México, siendo que el Maltrato Infantil es un problema de salud pública mundial

De esta manera, la pregunta actual es: ¿cual es el panorama mundial y nacional de esta patología, para la segunda década del siglo XXI?

Si revisamos las prioridades en salud a nivel mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) vemos que la violencia contra las niñas, niños y adolescentes solo interesa de una manera parcial y aunque destacan algunas medidas preventivas para este grupo etario como es la aplicación de vacunas, la alimentación al seno materno, la prevención de accidentes, etc. no hay un enfoque mundial que permita atender integralmente el problema y menos resolverlo totalmente en las niñas, niños y adolescentes que han sido agredidos, como sería hacer una medicina para el siglo XXI; es decir, trabajar a favor de su prevención.

De esta manera, aunque la OMS insiste en que la responsabilidad moral que deben tener los países, los gobiernos y sus conciudadanos sobre las acciones de atención y prevención debe ser mundial, se debe insistir en que las dificultades financieras no deben ser una barrera para llevarlas a cabo; que se deben atender e intentar resolver las determinantes sociales para la salud que incluyen las “adversidades sociales acumuladas” constituidas por la inseguridad de la vivienda, de la alimentación, de la educación escolar, de las adicciones en los padres pero fundamentalmente, cuando la madre o el padre son adictos a substancias ilícitas o se encuentran en la cárcel. Sin embargo, estas situaciones aparentemente son mas importantes a resolver, antes de enfrentar la violencia y el maltrato a niñas, niños y adolescentes.

Ante este panorama que si a nivel mundial es muy triste, en nuestro país es peor a pesar de los intentos presidenciales por atender mejor a la niñez mexicana y expresados el año pasado por el Presidente de la República, Lic. Enrique Peña Nieto.
Por lo tanto, numerosas son las dificultades a vencer, pero por lo menos, un grupo de profesionales del área médica y paramédica del ambiente pediátrico nacional estamos interesados en hacerle frente al problema invirtiendo el accionar tradicional dando prioridad a la investigación, seguido de la docencia y de la asistencia.
Ante este enfoque novedoso, en el INP se ha creado la Coordinación de Estudios Avanzados sobre Maltrato Infantil-Prevención (CEAMI-P) cuyo accionar inmediato está enfocado al desarrollo de cinco ejes rectores:

a.-Conocer y difundir los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
b.- Desarrollar una Crianza Humanizada con base a una Puericultura eficaz.
c.- Fortalecer a la familia.
d.- Desarrollar una herramienta que permita detectar niñas, niños y adolescentes que son víctimas de MI pero que aparentemente requieren atención médica, paramédica o legal.
e.- Apoyar “Campañas por la Paz”

Con este enfoque, es que seguiremos dándole la batalla a este flagelo médico-social-legal de la humanidad.